miércoles, 29 de noviembre de 2017

EMPIEZA EL AÑO CON UN BUEN CALENDARIO!

El pasado 24 de Noviembre salió a la venta el CALENDARIO SOLIDARIO DE PROSAME 2018! Se trata de un calendario con el que la Asociación Pro Salud Mental (PROSAME) de Burgos busca conseguir fondos económicos para poder desarrollando su actividad.
Se ha comenzado a distribuir un total de 2.500 calendarios de pared. En la elaboración de estos calendarios han participado 12 cocineros burgaleses los cuales muestran sus rostros y sus creaciones culinarias. cada mes del calendario está dedicado a un chef.

Los calendarios se encuentran a la venta al precio de 4 euros en restaurantes y establecimientos colaboradores y en las propias dependencias de PROSAME.
Algunos de los lugares físicos donde pueden adquirirse estos calendarios son...Casa Ojeda, La boca del Lobo, Tábula Gastrobar, El Vergel, Maricastaña, Los Claveles, La Fábrica, El fogón de Jesusón, La Jamada, La Favorita, Carmen Bar Restaurante y La Garlería.


¿A QUÉ ESPERAS PARA HACERTE CON EL TUYO?

Con estas iniciativas contribuimos a la mejora de la calidad de vida de las personas con enfermedad mental. Pon parte de tu semilla y colabora.😊

Películas



 A la hora de analizar esta enfermedad hemos visto que el trastorno obsesivo compulsivo también se ha trasladado a las grandes pantallas más de una vez. Hace poco que estreno el cine español “Toc Toc” dirigida por Vicente Villanueva y protagonizada con actores como Paco León, Rossy de Palma, Alexandra Jiménez, Nuria Herrero, Adrian Lastra y Oscar Martínez



Esta película trata sobre un grupo de personas que coinciden en una sala de espera de un prestigioso psicólogo, entre ellos hay una cosa en común y es el trastorno obsesivo compulsivo que sufren,  cada uno con su especialidad como por ejemplo, el síndrome de Tourette, síndrome de Diógenes, obsesión por el cálculo, obsesión con las líneas, bacterias o verificar todo…. Pero el doctor al que tan ansiosamente esperaban tuvo ciertos percances y….Bueno si queréis saber más os invito a verla!!!!!




Además este teme no solo se ha tratado en películas españolas, también hemos visto el trastorno obsesivo compulsivo en Hollywood en la peli Mejor…Imposible protagonizada por el  gran actor Jack Nicholson el cual obtuvo el Oscar y globo de oro al mejor actor junto a su acompañante Helen Hunt que también fue galardonada con estos premios en el género femenino. Esta comedia romántica dirigida por James L. Brooks tuvo mucho éxito en todo el mundo.






Esta película trata sobre un hombre llamado Melvin Udall (Jack Nicholson) que es un famoso escritor de novelas románticas. Este vive en Nueva York, más concretamente en un edificio lujoso de Manhattan, pero hay algo que le afecta y es su trastorno obsesivo compulsivo, lo cual le genera muchos problemas con el resto de la sociedad, pero bueno que él está muy orgulloso de ser como es…Y hasta aquí os puedo contar ya que si no acabare desvelando el gran final!!!



martes, 28 de noviembre de 2017

Reportaje. Trastorno mental


Remueve el café (descafeinado) sin golpear con un dedo el platito en series de tres ni hacer singulares cabriolas con la cucharilla. No tiene pinta de estar desquiciado, tampoco se adapta al modelo de maniático que aparece en el cine o la televisión. Solo es un chico de veintiún años que disuelve el azúcar en su café sin cafeína y tiene un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Insiste en que no se publique su nombre. Tampoco quiere fotos, ni siquiera de espaldas; así que hoy se llamará Rodrigo.


Lee desde un libro electrónico La piel de Zapa de Balzac: "Empecé a leer ahí porque llegó un momento en que el libro convencional era imposible. Podía tardar varios meses en leer cien páginas". Es consciente de que su confesión provoca extrañeza y lo aclara (más bien lo describe): "Al tiempo que pasaba una página tenía que imaginar que mi cara se convertía en la cara de tres personas de un tipo muy concreto, además pensaba en la voz de una de esas personas recitando un nombre y dos apellidos mientras de nuevo, yo lo visualizaba. Así de demencial, así con cada hoja".












Un temor tan absurdo como riguroso

 "Lo peor, cuando entiendes el trastorno, es saber que lo has creado tú; no es nada externo, no tienes TOC por algo que comas o porque alguien te lo inocule. Tú mismo te torturas utilizando el mecanismo demoníaco que has inventado. Tú lo creas y él te destruye. [...] He leído sobre compulsiones rarísimas como las dietas cromáticas(comer alimentos de un olor determinado cada día de la semana) y he visto a gente totalmente destruida por pensar constantemente que en cualquier momento le va a dar un infarto, o que habrá un atentado, o que si no repite 'mayo' cada vez que pisa con el pie derecho un escalón, suspenderá los exámenes. [...] Desde fuera sabes que tú no podrías nunca obsesionarte con eso, pero también sabes que son cosas tan absurdas como las que te atormentan a ti, y sin embargo lo tuyo te está destrozando igual".

"Un cuarto de hora para ponerme una camisa o atarme los cordones", cuenta Rodrigo—; por eso se sienten mal cuando los hacen, porque el consuelo es cada vez menos gratificante y la espiral más profunda: "Llega un momento —admite— en que te da miedo hacer cualquier cosa. Te da miedo pensar porque sabes que vas a caer, que ponerte los calcetines o recordar el momento en el que los has sacado del cajón te va a atormentar sin remedio, y vas a tener que hacer los rituales y malgastar un tiempo impresionante".






Incompatible con la cotidianeidad

El estigma social pesa y el desconocimiento sobre esta alteración lanza a sus víctimas a ocultarlo por todos los medios. 

Rodrigo lo confirma: "Es como hacer funambulismo. El TOC viene y tienes que aliviarte, pero no estás en casa donde nadie te ve, como en trance, hacer las mil gilipolleces necesarias para evitar que haber pensado en la cara de un compañero de clase de la infancia que sacaba malas notas, acabe haciendo que te conviertas en él. [...] Mantener el equilibrio es muy difícil —prosigue—. Lo que yo hacía es ir al baño a hacer los rituales, como un adicto a la heroína que se esconde para pinchársela. Pero hay que tener en cuenta que si no te quedas a gusto tienes que volver y que si tardas mucho los demás van a notar que pasa algo".



"¿Ya está?", pregunta cuando acaba la entrevista. Sigue atusándose el mechón que durante la conversación se ha colocado varias decenas de veces. Insiste en algo que comentó al poco de empezar a hablar: "Ahora estoy bastante bien, pero todavía siento que el TOC existe a través de mí, o que si tengo una parcelita en la que ahora me muevo sin ansiedad, es porque él me la ha dejado. Aún es quien lo controla todo". Y dice "quien" porque su sensación es la de no tener ninguna autoridad sobre lo que le ocurre, como una adaptación todavía más pérfida del Doctor Jekyll y mister Hyde.

Se le nota aliviado, acaba de relatar su secreto más personal. Ha liberado parte del lastre sobre el que gira toda su vida, y por una vez sin tener que hacer ningún ritual.



domingo, 26 de noviembre de 2017

Asociaciones TOC

Como se suele dar en la mayoría de patologías, las personas y familias que afrontan enfermedades de cualquier tipo se apoyan en ASOCIACIONES específicas de la enfermedad. Una asociación es un grupo voluntario, unión u organización de un grupo de individuos que entran en un acuerdo para lograr un propósito común.

Con respecto a personas afectadas del Trastorno Obsesivo Compulsivo, también existen asociaciones en distintos lugares y zonas de España en las que se lidia con esta patología. Convivir con afectados de Trastorno Obsesivo Compulsivo y ser uno de ellos, puede resultar muy difícil si no se comprende bien en qué consiste este trastorno.





Desde las distintas asociaciones se ayuda a entender el problema, a detectar situaciones y prevenir las obsesiones. En estas comunidades además se pueden relacionar con otras personas y familiares que llevan con normalidad la relación con este trastorno, también diversos talleres y cursos orientados hacia la convivencia y una mejora en la calidad de vida tanto de familiares como de afectados.Las reuniones que se llevan a cabo de acogida para familiares y amigos, ayudan a a entender mejor el problema y a mejorar la relación con el afectado.Los talleres y actividades ayudan a conocerse mejor y gestionar mejor las emociones.



El participar en asociaciones repercute de una manera muy positiva en la persona ya que es una forma de sentirse acogido y comprendido además de que las experiencias de otras personas que han superado una serie de dificultades servirán como apoyo en el propio proceso de recuperación de uno mismo. De esta forma también el afectado gana confianza y encuentra un entorno seguro y agradable.Las asociaciones son una forma de aceptar el problema, empezar a afrontarlo y verse incluido en un colectivo semejante.


       


Cabe destacar que en Burgos, Castilla y León, para intervenir con personas y sus familias con enfermedad mental como puede ser un TOC, existe una asociación llamada PROSAME (Asociación de pro salud mental) en la cual los profesionales trabajan en la mejora de la calidad de vida de las personas con enfermedad mental y sus familias, en la defensa de sus derechos, así como en la rehabilitación y en la integración social y laboral de cualquier persona con una patología mental. 




viernes, 24 de noviembre de 2017

Tipos de T.O.C.

¿Cuáles son los tipos de TOC? 

Existen varios tipos:
  • ·         Verificadores: examinan de manera excesiva con el propósito de evitar que ocurra una determinada catástrofe. Comprueban aquello que les preocupa una y otra vez. 

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  • ·         Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones relacionadas con la contaminación a través de determinados objetos o situaciones. Necesitan sentirse desinfectados.


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  • ·         Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden desprenderse.


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  • ·         Repetidores: son aquellos individuos que se imponen las ejecuciones de acciones repetitivas. No pueden evitar repetir determinadas acciones.


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  • ·         Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que se convierten en incontrolables y perturbadores. Pueden llevar a la persona al suicidio.


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  • ·         Ordenadores: exigen que las cosas que les rodean estén puestas con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones simétricas. Necesitan que todo tenga un orden.


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  • ·         Sexuales: consiste en pensamientos sexuales recurrentes, que incluyen sobre todo un temor exagerado a ser homosexual.

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e    El corto que se muestra a continuación es un ejemplo de varios tipos de TOC, como los verificadores y lavadores o limpiadores, y cómo acaban afectando a las personas que rodean al usuario con TOC a través del relato de una historia de amor. 




Obsesiones y compulsiones

¿Cuáles son las obsesiones y compulsiones en TOC?

Como ya sabemos el TOC es un trastorno de ansiedad en donde las personas tienen sentimientos o sensaciones (obsesiones), pensamientos, ideas o comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo (compulsiones).

Las compulsiones y obsesiones más frecuentes en personas con TOC son:

Resultado de imagen de obsesiones y compulsionesOBSESIONES:
• Temor a contaminarse.
• Temor a causar daños a otras personas o a que les pase algo a sus seres queridos.
• Ideas agresivas o de contenido sexual.
• Religiosidad / escrupulosidad excesiva.
• Pensamientos prohibidos.
• Necesidad de simetría.
• Necesidad de decir o confesar.




COMPULSIONES:
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• Lavarse muy a menudo.
• Repetir una acción hasta hacerla ''bien'' según su criterio
• Asegurarse de haber cerrado puertas, llaves del agua, gas,envases... 
• Contar objetos o hasta un determinado número
• Ordenar todo repetidamente.
• Acumular cosas (no poder tirar nada).

• Rezar un número obsesivo de veces.  


  

   
 
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Entrevista

Entrevista a una persona con T.O.C.

María Isabel Torrejón, nacida en 1990 en Cádiz, sufrió TOC en la adolescencia, además de una depresión que le llevó a intentar suicidarse. Ha escrito un libro con el objetivo de proporcionar ayuda a otros adolescentes que estén pasando por lo que ella pasó.
Fue diagnosticada a los 14 años, cuando cursaba cuarto de la ESO y aspiraba a estudiar Psicología en un futuro pero el TOC frustró sus sueños. De repente un día sus receptores de serotonina no funcionaron correctamente y el TOC se instauró en su mente. La adolescente de excelentes notas vio cómo su vida daba un vuelco por este trastorno. Su libro "Mi vida contigo y junto a ti" es un duro relato basado en su historia, que pretende servir de guía a quien ha sido diagnosticado o quien sospecha que pueda sufrir TOC. 
 

María Isabel fue entrevistada por Beatriz Portinari, del periódico el País, siendo estas sus interesantes y duras declaraciones:

PREGUNTA. ¿Cuándo sufriste el primer pensamiento intrusivo y cuál fue el detonante?
RESPUESTA. Con 14 años, después de ver una película de terror, que fue el detonante, empecé a tener miedo a apagar la luz de mi habitación, algo que no me había pasado antes. No era un miedo como tal, era un pensamiento que me decía que si apagaba la luz a mí o a mi familia nos pasaría algo malo. Y ese pensamiento crecía, impidiéndome dormir. Cuando me derivaron a mi primer psiquiatra se presentó otra idea irracional: tenía miedo a decirle que tenía miedo, me costó muchísimo explicarle esa ansiedad por si me pasaba algo. Era otra obsesión. Pero en poco tiempo lo vio claro y me diagnosticó TOC.
P. ¿Cómo se recibe ese diagnóstico con solo 14 años?
R. Fue duro de asimilar y un alivio a la vez. Porque al menos fue un diagnóstico temprano: muchas veces, el problema de las personas con TOC es que no acudimos al médico porque no se le da importancia hasta que ya está muy desarrollado, o tienen miedo al diagnóstico. Cuanto antes se sepa, antes se puede comenzar con la terapia y la medicación.
P. Según tu experiencia, ¿te dio mejor resultado la terapia o la farmacología?
R. Creo que me sirvieron por igual al 50%. Lo que te ayuda realmente a controlar tus pensamientos y no depender solo de la química es la terapia, que te da herramientas para detener el pensamiento o, al menos, mitigarlo. Te ayuda a controlar la enfermedad: tú tienes el control. Cuando tengo “rumiaciones” o pensamientos repetitivos, intento hacer algo para distraer la cabeza, como actividades manuales, o hablo con alguien para que esa conversación real me quite las conversaciones interiores.
P. ¿Sirve de algo racionalizar los pensamientos?
R. Algunos psicólogos intentan que los analices, para que tú mismo veas que es un pensamiento irreal, que no tiene por qué suceder eso que te preocupa. A veces te ayuda, pero otras veces, cuando son obsesiones de tipo negativo, es mejor dejarlas aparte, no analizarlas mucho. Es muy difícil descartar esa idea irracional precisamente porque es obsesiva. A mí me ayuda mucho una palabra clave: “Ya” o “para”. Eso me sirve para cortar el pensamiento. Imagino un enorme “PARA” en mi cabeza, es una imagen mental que bloquea el pensamiento malo.
P. ¿Qué fue lo más difícil del TOC en la adolescencia?
R. Entre las pastillas que tomaba necesitaba una para el insomnio -olanzapina-, que me hizo engordar mucho muy rápido. Me dejaba medio adormilada todo el día, sin poder concentrarme. Se le llama “la pastilla de los 20 kilos” porque es la media del peso que ganas, como efecto secundario. A mí me provocaba muchísima ansiedad y necesidad de comer azúcar: en mes y medio cogí 33 kilos. Cuando eres joven eso te afecta. Pero las pastillas para el TOC también te provocan pérdida de memoria o más bien, de concentración, así que tuve que dejar los estudios. Luego los retomé y terminé un Grado Medio, encontré trabajo… pero en aquel momento y durante años fue una frustración muy grande.
P. Después de dejar el instituto, ¿pudiste mantener el contacto con los compañeros?
R. En la adolescencia me dieron varios brotes y pasaba casi todo el día en casa. Y cuando salía, apenas sabía relacionarme: unos días estás abajo y otros días arriba. El TOC te provoca ansiedad porque te da la impresión de que las personas por la calle te miran y piensan algo malo de ti. Te avergüenza mucho y te bloquea, aunque es imposible que todo el mundo te esté mirando. Mis amigos no lo entendieron. Eso lo puedo llegar a comprender: si ya es difícil para un adulto, porque existe mucha desinformación, muchos prejuicios, cuando eres joven todavía lo entiendes menos y te alejas. Todos se apartaron y no conservo ningún amigo de aquella época.
P. ¿Y tu familia?
R. Ellos han sido mi principal apoyo, aunque han sufrido muchísimo. Mi padre dejó su trabajo anterior, que le obligaba a pasar tiempo fuera de casa, por otro que le permitiera volver cada día. Y mi madre pidió una excedencia en los peores meses que tuve, para pasar más tiempo conmigo. Incluso dormía en mi habitación. Recuerdo que con solo moverme en la cama ella se despertaba corriendo y me preguntaba si estaba bien.
P. ¿Qué te preocupaba en aquella época?
R. Si te refieres a qué pensamientos obsesivos tenía, aparte del miedo a dormir sola o apagar la luz, el número siete se me metió en la cabeza. Y a lo mejor necesitaba hacer cada cosa siete veces, daba siete golpecitos… lo hacía en silencio, discretamente, porque entonces el TOC todavía no lo tenía muy desarrollado. Cuando me dio un brote fuerte tenía que poner las cosas hacia la derecha siempre. Son obsesiones que te obligan a determinadas acciones. Y hubo una idea que empezó a repetirse: “Si no te haces alguna lesión, a tu madre le pasará algo malo” y tenía que hacerlo, irracionalmente, para que eso no sucediera.
P. Si una idea así se mete en la cabeza debe de ser duro convivir con ella.
R. Durante todo un año me vino ese pensamiento una y otra vez. Cuando llevas tanto tiempo acumulando ese tipo de obsesiones negativas acaba pasándote factura y provocándote una depresión, como me pasó a mí. Pensaba que era una carga para mis padres porque cuidaban de mí las 24 horas, y porque sufrían mucho por mí. Así que empecé a repetirme que si me quitaba la vida les haría un favor. Lo pensé y lo intenté, dos veces. La primera fue como un ataque de ansiedad y la segunda ya premeditado, por eso me ingresaron en una Unidad de Salud Mental, que fue una experiencia dura pero también me sirvió para recuperarme. Ahora estoy mucho mejor y podría controlar ese pensamiento si volviera a aparecer.
P. ¿Qué consejo se podría dar a un joven con TOC y depresión que piense eso?
R. Si tu cabeza te dice que te quites la vida, sal de casa, aléjate de lo que pueda herirte y pide ayuda. Llega un punto de no retorno en el que quieres hacerlo y decides no llamar a nadie. Pero antes de ese momento, antes de que se te meta en la cabeza y lo tengas que hacer por fuerza, hay que avisar: “Me está pasando esto”. En cuanto te venga a la cabeza, yo recomendaría que pidiera ayuda, para que el médico pueda revisar la medicación o incluso pedir un ingreso temporal en la Unidad de Salud Mental para recuperar el equilibrio. Pero lo más importante es alejarse de las pastillas y objetos que puedan lesionarte. En mi casa estuvieron bajo llave durante años.


María Isabel, como superviviente del intento de suicidio reclama en el siguiente vídeo, junto con otros afectados, y con motivo de la conmemoración del Día Mundial para la Prevención del Suicidioque se deje de estigmatizar el suicidio y que se rompa el silencio que lo rodea para prevenir y evitar unas 4.000 muertes al año en España.


                                          





lunes, 20 de noviembre de 2017

Sintomas y tratamiento



 SINTOMAS

Las personas que tienen TOC  suelen tener pensamientos, impulsos e imágenes mentales repetitivos que causan ansiedad, los que conocemos como obsesiones y por ello sienten la necesidad de hacer ciertas cosas de manera reiterada como si fueran rituales.

Normalmente las personas que sufren esta enfermedad no son capaces de controlar sus pensamientos o comportamientos incluso cuando entiende que son excesivos, dedican al menos una hora al día a estos pensamientos, además tiene grandes problemas en las actividades de la vida diaria a causa de esto. Algunas de las obsesiones más comunes son el miedo excesivo a los microbios, pensamientos prohibidos relacionados con dañar a otros o a sí mismo o la necesidad de que este todo ordenado a todas horas.


Realizan a menudo comportamientos repetitivos en respuesta a sus pensamientos y obsesiones, como por ejemplo, verificar una y otra vez las acciones , contoneo excesivo, ordenar las cosas de una forma específica, lavarse las manos varias veces para evitar infecciones, repetir las palabras en silencio o rezar en silencio una y otra vez. 

Además muchas veces las personas que padecen este trastorno suelen tener un tic como por ejemplo; el parpadeo constante de los ojos, muecas faciales, encogen los hombros, sacudir la cabeza o hacer diferentes ruidos a través de la boca.

Estos síntomas también se dan en los niños aunque es más difícil reconocerlos porque evitan hacerlo delante de la gente para no tener que dar explicaciones o no les tomen como “bichos raros”. Normalmente se les diagnostica en el momento que tiene una gran crisis de ansiedad por contener tanto su TOC.






 Esta enfermedad se trata de diferente manera una a base de medicinas y otra con terapia conductual. Con la primera forma, sería tomando antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores del estado del ánimo.

En cambio, la terapia  conductual se ha demostrado que es muy efectiva ya que  durante la sesión la persona es expuesta a una situación que le hace desencadenar los pensamientos obsesivos y aprender a tolerar la ansiedad y resistir las ganas de llevar a cabo el acto compulsivo. Con esto ayuda a la reducción de estrés y ansiedad.

En los niños también se recomienda este tiempo de tratamiento sobre todo la terapia ya que aprenden por ellos mismos a controlar sus pensamientos, a reducir sus rituales y compulsiones y disminuir sus miedos.