El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) se caracteriza por el hecho de existir pensamientos obsesivos o actos compulsivos. Los pensamientos hacen referencia a las ideas, imágenes o impulsos mentales que se dan repetidas veces en la mentalidad de una persona. También se lleva a cabo el acto de manera estereotipada, que se repite una y otra vez. Normalmente son siempre impulsos involuntarios y desagradables ya que no tienen sentido alguno y además la persona intenta resistirse a ellos pero sin obtener éxito. Además la persona que lo padece considera que por llevar a cabo ese acto previene algún tipo de hecho desagradable o improbable.
Este tipo de trastorno lleva por lo general asociado un cierto grado de ansiedad en la persona, presente en muchos trastornos de conducta, además suelen sufrir depresiones.
En los periodos de depresión se presentan con más frecuencia los pensamientos obsesivos.
Si un TOC no se trata puede llegar a ser crónico, además el curso del TOC se suele complicar con otros tipos de trastornos, también conocido como Comorbilidad, ya que los individuos con TOC a menudo tienen otras psicopatologías (ansiedad, tics, hiperactividad...)
El TOC puede darse con la misma frecuencia en los dos sexos, tanto hombres como mujeres. Suele comenzar en la infancia o en el principio de la edad adulta. Cabe mencionar que las mujeres, aunque con una tasa ligeramente más alta, son más afectadas en la edad adulta y los hombres en la infancia.
El hecho de que el trastorno pueda comenzar en la niñez o adolescencia interfiere en el desarrollo de la persona.
Este trastorno implica en la vida de la persona una serie de consecuencias funcionales que se asocian con una menor calidad de vida y malestar en los ámbitos social, laboral y otras áreas importantes de su vida. Ésta menor calidad de vida se debe al tiempo que emplean en llevar a cabo distintas obsesiones o compulsiones y el hecho de evitar situaciones concretas en su vida, lo que les restringe de actividades.